Addendum al Post Anterior
En mi post anterior decía (sintetizando) que vivir duele y que sospechaba que todos sentimos ese dolor en algún que otro momento.
Hoy, tengo pruebas de ello.
En realidad encuentro evidencia mire adonde mire, pero este caso particular me llamó la atención porque, al leerlo, me di cuenta de que aquellas eran mis palabras. No exactamente mías -evidentemente- pero sí muy parecidas a todo lo que dije en el post anterior y en alguna que otra charla filosófica conmigo misma. (Que es, dicho sea de paso, una forma pésima de hacer filosofía: así no tienes otro cerebro y otra experiencia con la que contrastar ideas. Pero bueh, en mi caso...)
Ya no me enrollo más, y les dejo con este poema de Rubén Darío:
LO FATAL
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...!
En dos palabras: Qué. Fuerte.
Hoy, tengo pruebas de ello.
En realidad encuentro evidencia mire adonde mire, pero este caso particular me llamó la atención porque, al leerlo, me di cuenta de que aquellas eran mis palabras. No exactamente mías -evidentemente- pero sí muy parecidas a todo lo que dije en el post anterior y en alguna que otra charla filosófica conmigo misma. (Que es, dicho sea de paso, una forma pésima de hacer filosofía: así no tienes otro cerebro y otra experiencia con la que contrastar ideas. Pero bueh, en mi caso...)
Ya no me enrollo más, y les dejo con este poema de Rubén Darío:
LO FATAL
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos...!
En dos palabras: Qué. Fuerte.
1 Comments:
Muy bueno el blog, me gusta mucho lo que cuentas ^_^ Te voy a linkar en el mío, si te parece bien.
P.D.: Si que es fuerte lo de Darío XDDD
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